Agosto 17, 2010. - martes -

Baamonde ha despertado con un frio, que nos obliga a tomar el primer café, mientras esperamos el bus que nos ha de llevar a Texeiras, poblado desde el cual pretendemos hacer el camino hasta el Monasterio de Santa María, en la localidad de "Sobrado dos Montes" donde está el próximo albergue.

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El traslado en bus nos toma casi 45 minutos, ya en Texeiras, hacemos las averiguaciones junto a la rotonda que indica Lugo, Sobrado dos Montes y A Coruña, en un lateral de circunvalación observamos con bastante atención un letrero sobre la historia de los centenarios árboles de olivo, que suman en su totalidad casi dos siglos.

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Aunque la valla fluorescente indicaba 12 kilómetros, el cansancio es agotador y tediosa la carretera, que incluso es muy poco transitada., se hace interminable, hemos salido alrededor de las 8 de la mañana y pronto será nuevamente medio día en punto.

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Junto a la vieja Iglesia de Peñablanca, nos encontramos con una vía que conduce a un zoológico de animales domésticos, y una Casa de Quesos. Cerca de la Iglesia de Cumbraos está un viejo cementerio descuídado y más adelante topamos con un matrimonio de campesinos que se movilizan en una destartalada carreta con motor.

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Aún cuando la señalización indica que la estación de servicios está a 1000 metros, no la conseguimos sino pasado los dos km.

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Un lugareño que compra gasolina en una biciccleta, nos indica que en menos de tres mil metros debemos estar en elcaserio de Sobrado de los Montes, conformada por una hilera de casa junto a la única carretera que existe en la comarca.

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Es asi como finalmente nos adentramos en las primeras señales de vida ciudadana después de varias horas de intenso trajinar, para llegar a la plaza que se apresta a celebrar una actividad, pues se nota, ya que los trabajadores municipales, adornan el sitio junto al Ayuntamiento y levantan las tarimas de lo que seá un escenario.

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Casa de las Audiencias,

Monasterio de Santa María.

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Asi rezan las letras de hierro sobre una de las paredes que son la puerta de entrada en un tunel de 10 metros, al fondo, como si de una postal se tratara, imponentes se asoman las dos Torres del Monasterio. Impresionante construción que data del siglo XII y que en su momento se nota, fue una importante organización eclesiástica.

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Somos abordado por un hombre que uniformado de una braga azul, pareciera ser el mayordomo. Solicita nuestra credencial, cancelamos 5 Euros y nos muestra lo que será nuestro sitio de descanso. Al igual que en anteriores ocasiones, nuevamente nos recuerdan que a las 10 se cierra el portón con la adicional indicación que la luz se apagará a esa hora sin derecho a comentarios.

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Casi son las dos de la tarde, no hay muchos peregrinos, salvo una docena de ciclistas que se notan extenuados.

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Revisamos los alrededores y nos damos cuenta que detrás del Monasterio hay un extenso estacionamiento y por supuesto muchos automoviles, se nos indica que además del albergue hay habitaciones muy confortables que tienen un precio de 35 Euros, pero deben ser reservadas con seis meses de antipación cuando menos. Mas tarde comprenderíamos la importancia que reviste actualmente, es un centro vocacional.

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Un lugareño se presenta en el Albergue, y nos recomienda el sitio donde trabaja, habla de las comidas y de los buenos precios. Es así como decidimos ir en busca de frutas y alimentos, por supuesto, no dejamos pasar la ocasión de comprar un buen vino blanco de la zona, nos llama la atención la etiqueta, y hemos acertado con una exquisitez digna de los dioses.

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Luego del almuerzo campestre, y previo descanso en los alredores del claustro, revisamos con detalle lo impresionante que se puede apreciar desde el interior de las torres, hoy completamente vacías, quizás por el inherente peligro motivado a su vieja data. Algunos peregrinos también se acrcan y con un silencio sepulcral van haciendo fotografías del gris lugar. Destaca en lo que sería la entrada principal, una gran maqueta con los detalles de cada una de las dependencias con que inicialmente contaba el Monasterio construido en el siglo XII, como comentamos al inicio de este capítulo.

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Pasada las 6 de la tarde es increible la cantidad de peregrinos que van llegando, se suman por decenas, y notamos como se van abriendo nuevas dependencias, que creíamos estaban desocupadas. Ahora notamos con asombro que el amigo de la braga azul, es el sacerdote encargado de la ubicación de los visitantes, pues no solo hay peregrinos, también sacerdotes y alumnos de teología, venidos de otras regiones de españa y del mundo.

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Nuevamente topamos con el joven matrimonio danés que habíamos conocido en Ribadeo y habían seguido directo a Baamonde, el día domingo.

Acercada la hora del cierre nos regresamos al albrgue, los últimos comensales tienen su tertulia en la cocina, otros recogen sus ropas del tendedero ubicado en el patio lateral y otros muchos ya dan sus primeros sonidos de lo que será el concierto habitual de ronquidos.

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Tal como lo anunció en su momento y con mucha autoridad el amigo de la braga azul. Ahora vestido de sacerdote, con voz rotunda, dió su bendición y dio por terminada la sesión. Se apagaron las luces y el silencio comenzó a hacer sus primeros reinados de paz.