Mis pies no estan cansados, en mi alegría mis hijos...

31/8/10

Agosto 14, 2010. - sábado -



Despedirse de Navia, ante la maravillosa naturaleza que circunda al imponente y majestuoso rio, resulta con cierta nostalgia, a pesar de muy poco que pudimos conocer. Ya otros peregrinos van cruzando el puente que enarbola diferentes banderás del mundo.

Hablamos de las 7.15 de la mañana, los ciclistas saludan con el característicos, " buen camino ", aunque la lluvia es una constante amanzana no pasa nada. No obstante, si se nota la brisa matinal, es asi como nos adentramos en un sembradío de maízales, que parece no tener fin, las señalizaciones estan muy bien demarcadas en sus respetivos monolitos de piedras talladas, se suceden los pequeños y simpáticos caseríos, pequeñas factorías artesanales en la fabriación de queso y muchos establos productores de leche.

Entre los bellos paisajes, nos sorprende un tunel de arboles de bellotas, los rayos solares parecen no tocar el terreno donde pasamos, pues se nota una humedad bajo la alfombra de hojas secas y descoloridas.
Al igual que en ateriores ocasiones, nuestra guía desaparece dando lugar a la carretera asfáltica, nos topamos con una turista canadiense, que lleva una pesada mochila, luego viene Isabelle, una francesa que ha iniciado su rota desde Bilbao, junto a ella, dos vazcas, que llegarán hasta el próximo poblado para tomar un autobus de regreso... Algo ha sucedido a una de ellas, que se muestra preocupada y apura el paso.

A pesar que se pretende llegar al poblado de "A Caridá" seguimos por un sendero paralelo a la carretera, no obstante nuevamente perdemos la brújula. LLegando por los parajes de Valdepares, ya se nota mas movimiento de peregrinos que cruzan la carretera, el rocío se ha convertido por fín en una lluvia, propicio el momento para hacer un alto junto a la Iglesia en honor a San Bartolomé de Valdepares, que data del siglo XVI, donde nos atiende con mucho cariño el párroco de la localidad. No sólo nos sella nuestro pasaporte, tambien nos brinda jugo de manzanas, nos regala dulces, y unos delantales para uso culinario, elaborados por una Ong, que ayudan a los niños humildes de Ruanda . José María Bedia Bedia, nos da sus bendiciones también nos señala los pasos a seguir para llegar a nuestra próxima parada. Hemos caminado quizas unas cuatro horas y media, porque pronto será medio día en punto. Nos relajamos en un sitio para bebernos un café y un refresco. Los aldeanos parecen alegres, uno de ella lleva grabado en su camiseta, " Asturias... de Puta Madre ", imposible más regionalista.


ASTURIAS.

Avanzo sereno en el Camino del Norte

Sumido y esperanzado por ver el final.

Tengo tranquilidad y mucha paciencia

Uniendo pueblos, voy cruzando puentes,

Recorro el Principado, en una busqueda, quizás

Infinita, al menos por ahora, pero que existe.

Ahora en Valdepares, ayer fue Navia, mañana

Seguiré surcando mis zapatos rumbo a Santiago.

nelson@urra.nu

Pasada la 13,00 horas abordamos el autobus que nos ha de llevar a Tapia de Casariego, una pintorezca ciudad con olor a Mar, con su centrica plaza de Armas y junto a ésta, la imponente Parroquia San Esteban de Tapia de Casariega. Antes de enfilar rumbo al Albergue, bajando por la calle San Martín, visito la Oficina de información Turística, que está ubicada en la Plaza de la Constitución, nos indica Ynés María de las Casas, la buenamoza secretaria, que debemos bajar los peldaños , detrás del ayuntamiento junto a la Plaza del Campo Grande. Voy guardando en mi memoria nombres y en mi cámara las fotos que ayudarán a refrescar más tarde, cuando en la calma de mi amada patria báltica de Temukoland, pueda sentarme a escribir las líneas imborrables de cada detalle que voy anotando.

Es así como llegamaos a nuestro refugio junto al mar, una imponente construcción estilo eclesiástico en su fachada, nos deja ante un edificio de dos pisos y en su interior varias literas para cuando menos ochenta peregrinos... En las afueras hay ya una veintena de ciclistas que han venido desde Avilés, y algunos que han caminado desde Navia.

Una buena ducha para descansar el cuerpo y luego nos vamos rumbo a la Playa, es asi como nuevamente podemos deleitarnos con las frias aguas del Mar Cantábrico a nuestros pies. Vienen a mi memoria los recuerdos de las playas venezolanas en el oriente del país: Medina, Cumanacoa, sin dejar de mencionar a Juan Griego y las Islas ....

Como siempre suelo hacer escribo los nombres de cada una de mis hijas en un inmenso corazón sobre la playa, me retrato junto a cada nombre, para indicar que también están en mi descanso de esas aguas del Atlántico que baña las costas ibéricas.

Roqueríos de variados colores y tambien sembradíos de algas marinas, una vista que no tiene comparación con las playas escandinavas.

Junto a la Plaza del Mar, destaca un monumento al marinero, y por la calle del Muelle junto al centro de salud, una fila de chiringuitos y otros locales, nos sentamos en un restaurant semi-vacío en comparación al lleno total que hay en los alrededores de la plaza. Langostinos a la plancha, quizás 6-8 unidades en un inmenso plato de color azul, Lomo en salsa de caracoles, una rica botella de Moscatel, una super ensalada mixta, licor de café y un rico café, constituyé el delicioso manjar, digno de un peregrino, que no desmaya en su meta por cumplir.

De regreso nos paseamos junto a la Iglesia Parroquial de San Esteban, para que nos sellen el pasaporte, el cura, un hombre corpulento, al parecer muy trabajador, mientras fuma, le pregunto si tiene mucho trabajo, me responde, que debe atender seis parroquias en las cercanías, mas las visitas a los enfermos. No hay tiempo para el ocio.

Nos recomienda que no dejemos de pasar por el Puente de los Santos, para apreciar una verdadera belleza en el paisaje que divide al Principado de Asturias de Galicia... Será una experiencia que van a recordar, por la vista tan privelegiada que desde allí, se observa, concluye.

Ya contento por el pan y el vino que hemos compartido, nos regresamos a las inmediaciones del Albergue, sería injusto no visitar el acantilado, que está en la parte trasera, es decir, justo es el patio del edificio. Bajo una escalera de madera y camino sobre las blancas piedras, aún cuando se va notando que la marea sube, se observan algunos bañistas tendidos sobre las rocas adyacentes. Converzamos con algunos lugareños mientras ya el sol, va dejando su media naranja en el horizonte marino. La noche será muy fresca, nos recomiendan, abrigarnos. Además la claridad no llegará sino como a eso de las 8 de la mañana, - no olviden sus linternas, si van a salir de madrugada...

Siendo una vez más, media noche en punto se procedió a cerrar las puertas del templo edificado al descanso de los peregrinos. Contentos y satisfechos, los moradores, agradecen esta oportunidad, buenas noches.

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